A través del proyecto se pretende desarrollar capacidades técnicas y políticas, económicas y sociales en la población beneficiaria para generar cambios en las actitudes y habilidades de los actores locales de la zona y promover la soberanía y seguridad alimentaria con la participación inclusiva de todos.
El aumento de la producción se basa en la mejora sostenida de las condiciones de producción: buenas prácticas agrícolas, semillas certificadas y garantía de suministro de agua.




Los talleres sobre buenas prácticas agrícolas modernas dirigidos a los productores de la comunidad están orientados a lograr el aumento de la producción de excedentes alimentarios, para contribuir a aumentar la disponibilidad y el acceso a los alimentos y mejorar los ingresos de la población, permitiéndoles salir poco a poco de la economía de subsistencia y entrar en la economía de generación de excedentes para aumentar el ahorro y la inversión.






Las buenas prácticas agrícolas tradicionales se centran en la recuperación de especies autóctonas de patata que, a pesar de su bajo rendimiento, son más resistentes a las heladas y a las granizadas que las semillas de patata de alto rendimiento; además, contienen más zinc y más hierro que las patatas que se comercializan habitualmente, por lo que contribuyen mejor a la salud.




